Cuando somos adolescentes renegamos de nuestra reciente infancia porque sólo pensamos en un día poder al fin ser adultos. Y cuando nos convertimos en adultos se abre en nosotros la nostalgia del niño que fuimos. Una nostalgia que, si escuchamos nuestro interior, va creciendo con los años hasta nuestra muerte.
Si todos dejáramos que se expresara ese niño que llevamos dentro, aprenderíamos a valorar lo realmente importante…
Si todos dejáramos que se expresara ese niño que llevamos dentro, caerían todas las máscaras…
Si todos dejáramos que se expresara ese niño que llevamos dentro, el corazón sería el centro de la vida humana…
Si todos dejáramos que se expresara ese niño que llevamos dentro, se eliminarían muchos prejuicios…
Si todos dejáramos que se expresara ese niño que llevamos dentro, nos comunicaríamos sin rodeos, directamente…
Si todos dejáramos que se expresara ese niño que llevamos dentro, el juego y la fiesta recuperarían el centro de la jornada…
Si todos dejáramos que se expresara ese niño que llevamos dentro, la curiosidad guiaría la formación del conocimiento…
Esta semana hemos colgado en las descargas algunos consejos para cuidar nuestro niño interior. Es una tarea muy importante para poder recuperar nuestra esencia. Con esa ilusión os la ofrecemos.